La salida de Luca Scarlato de River utilizando la patria potestad no solo sacudió el mercado juvenil sino también la estructura institucional del fútbol argentino. En medio del debate por la fuga de talentos a bajo costo al exterior, la AFA resolvió avanzar en una postura firme: todo jugador que se marche de su club a través de este mecanismo no será convocado a las selecciones juveniles.

La medida fue confirmada por Javier Méndez Cartier, presidente de Excursionistas y dirigente a cargo de los combinados Sub 23 y Sub 20. “Quien opte por la patria potestad para emigrar no será convocado a ninguna selección juvenil”, afirmó, asegurando que la decisión responde a una línea bajada por el presidente de la AFA y su Comité Ejecutivo, con el objetivo de defender a los clubes formadores.

El conflicto no se limita al caso Scarlato. Semanas antes, Milton Pereyra había dejado Boca mediante el mismo procedimiento para incorporarse al Napoli. En la AFA sostienen que las instituciones brindan educación, alimentación, asistencia médica, apoyo psicológico y estructura deportiva, por lo que consideran que una salida unilateral sin resarcimiento golpea directamente el sostén del fútbol juvenil argentino.

La familia de Scarlato expuso su postura públicamente y cuestionó al club por el manejo de su situación médica. Al mismo tiempo, dirigentes riverplatenses como Gabriel Rodríguez remarcaron el rol determinante que tienen los padres y representantes en este tipo de decisiones, recordando antecedentes de juveniles que emigraron temprano y no lograron consolidarse.

Una medida que puede marcar un precedente

En la AFA admiten que la decisión no será sencilla de aplicar, pero consideran que envía un mensaje claro en un mercado cada vez más agresivo con los juveniles argentinos. Mientras tanto, el debate sigue abierto: ¿protección a los clubes o un freno a la libertad de los futbolistas y sus familias?